viernes, 24 de mayo de 2013

SOLEDAD

Quedan 9 días para el mayor reto deportivo de mi vida hasta el momento, y definitivamente no estoy preparado. Pero tengo un as en la manga.
 
Foto de Carlos Cabrera
 
Veo a mis compañeros que han seguido (y cumplido) un plan de entrenamiento eficaz durante meses y están mucho más fuertes que en febrero, cuando empezamos esta andanza con tanta ilusión y que ahora estamos a punto de realizar... pero yo no he hecho mis deberes. Me he puesto las pilas en las últimas semanas para salvar la papeleta, pero eso no significa que mis piernas estén preparadas para afrontar un desafío así. Sin embargo hay otros factores en la ecuación.
 
Leí hace poco, de alguien que tiene 11 Ironmans en su haber, que el Ironman (o Medio Ironman) "es mitad cabeza y mitad alimentación: si estás en la línea de salida es que has entrenado lo suficiente". Puesto que estaré en la línea de salida -y no he entrenado lo suficiente- me estoy concentrando al máximo en explotar al menos estos dos factores, ya que serán mis únicas bazas. Esto es lo que hay, de donde no hay no se puede sacar, pero al menos saquemos el máximo posible.
 
LA ALIMENTACIÓN. Tener el cuerpo preparado no es sólo tener los músculos fuertes y el corazón sano. Tener el cuerpo preparado para 6 horas de ejercicio medio-intenso bajo el sol depende mucho de las reservas energéticas acumuladas, tu capacidad para digerir y absorber bien los alimentos, la calidad y cantidad de esos alimentos, antes, durante y después de la carrera. Por eso estoy ajustando mi dieta, y me siento mucho mejor. También estoy probando el avituallamiento sólido y líquido que utilizaré en la carrera, para ver cómo me sienta en entrenamientos largos, cuándo tomar barritas y geles, cuánta agua necesitaré... No se puede dejar nada al azar. Los imprevistos vendrán, pero que no sea ninguno de los que habríamos podido prevenir.
 
LA CABEZA. Como el cuerpo no estará al nivel que se le va a exigir, hay que correr con mucha inteligencia. Hay que ser conscientes de las limitaciones, y ser muy conservador, sobre todo en la bici que es mi sector más débil ahora. Esto significa que cuando aparezca la tentación de correr más, la sensación de que se podría dar más, hay que tener la sangre fría y controlar los nervios. El objetivo es llegar.
 
Ahora cobra mucho valor la frase que escribí en el margen derecho de este blog hace 4 meses: "Valencia LD, objetivo: finisher".
 
La fuerza mental es muy importante en un reto de larga distancia. La experiencia de la maratón me vendrá bien, sobre todo la primera que hice, que me salió tan mal. Aquellas sensaciones, aquellos recuerdos y pensar que lo superé me darán confianza cuado llegue la flaqueza, que será pronto.
 
Haile Gebrselassie dice que "la confianza te llega entrenando". En lugar de darme grandes palizas para fortalecer mi cuerpo -ya no hay tiempo para eso- estoy entrenando la confianza, buscando las sensaciones y la verdad es que en apenas 3 semanas he recuperado al menos la forma y las ganas que tenía hace unos meses. Vuelvo a tener la moral alta y ganas de que llegue el día.
 
También estoy entrenando la soledad. Me gusta correr en compañía, pero el próximo 2 de junio saltaré a la dársena del Puerto de Valencia y estaré solo desde el primer minuto. Cuando salga del agua mi bici será la última de TRIALCOY que quede en el box. Empezaré a pedalear y estaré solo con mis pensamientos durante 4 horas. Esto es muy peligroso. Un hombre solo con sus pensamientos puede ser muy poderoso, para bien o para mal. Por eso salgo a entrenar solo, sin música, sin compañía. Hay que entrenar la soledad, los pensamientos positivos, para que la conversación con uno mismo nos ayude a llegar más lejos y mejor, y no sea un criadero de pensamientos negativos que nos lleven a abandonar. Por esto cuento con la ayuda de mi psicóloga deportiva particular, mi preciosa Raquel, que sabe y me ha enseñado una cosa muy importante: cuando la gasolina del cuerpo se acaba, las piernas funcionan con ilusión, el corazón y la mente aguantan con el motor de la pasión. Por eso está siempre presente en la línea de meta, porque tira de mí con su hilito mágico invisible y me arrastra con todo hasta el final.
 
Como véis tengo una mano perdedora, pero tengo un par de bazas interesantes y me las voy a jugar en el asfalto. Vamos a ver qué pasa.
 
Foto de Jorge M. Juan Yepes


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